blog - niña buena o mujer exitosa 6 errores comunes que pueden estar frenando tu carrera profesional

Los estereotipos de género de niños y niñas, hombres y mujeres son introducidos en la niñez y reforzados a través de nuestras vidas. Desde pequeños hemos aprendido que las niñas son bien portadas, obedientes, tranquilas y los niños son inquietos, molestones, agresivos. Estas profecías toman una distinta tonalidad y contexto en nuestra vida de adultos. El estereotipo de los hombres sostienen que son los proveedores, son decisivos, y automotivados. Nuestro estereotipo de las mujeres sostienen que son las cuidadoras, sensibles y con sentido de comunidad que deben de ser agradables, amables y queridas en el lugar de trabajo.

Debido a que caracterizamos hombres y mujeres en opuestos, el desarrollo profesional y todo lo asociado a ello será clasificado en el estereotipo masculino.

En este artículo hablaremos del estereotipo de niña buena (esa mujer con sentido de comunidad, agradable, amable y querida) que muchas de nosotras tenemos (de nosotras mismas) y que no nos permite ser las mujeres exitosas que queremos. Y es que debemos de entender que aunque ser agradable es necesario para el éxito, no es suficiente. Y dicho esto: lo opuesto de una niña buena no es ser una mujer mandona. Lo opuesto de esa niña buena es una mujer exitosa.

Estos son algunos errores que inconscientemente cometemos en nuestros lugares de trabajo y que tienen un costo, que son los puestos ejecutivos que no estamos obteniendo en nuestros lugares de trabajo. Antes de iniciar el conteo debo aclarar varias cosas.
Primero: no todas las mujeres cometen TODOS los errores mencionados, algunas cometen 1 o 2 errores de esta lista, otras cometen todos o ninguno.
Segundo: no son los únicos errores que cometemos, existen más errores acerca de la manera en que pensamos, actuamos y nos comunicamos. Sin embargo hoy me enfocaré en estos 6 que considero son los más comunes.
Tercero: Aunque no lo creamos, existen estereotipos muy marcado hacia los hombres que también tienen que cambiar (por ejemplo los padres que salen “temprano del trabajo” para pasar tiempo con su familia son castigados duramente en comparación a las mujeres, la presión hacia el hombre de ser el principal proveedor de la familia, etc). De estos estaré hablando en otro post. ¡Iniciemos con el conteo!

 

  1. Pretender que no es un juego: Esta lección es la más importante de todas. Los negocios son un juego competitivo que podemos ganar. Es un juego porque tiene reglas, límites, estrategias, ganadores y perdedores. Debemos de recordar que las empresas en donde trabajamos se enfrentan todos los días con un mercado en donde tiene que ser competitivos, tienen que ser los mejores, tienen que ganarse a los clientes. Nosotras tendemos a ver el trabajo como un evento en donde todos nos reunimos para ser buenos los unos con los otros y muchas veces creemos que sólo podemos ganar el juego a costa de los demás. Ojo, no quiero decir que debemos de ir al trabajo pensando en que vamos a hacer que los demás pierdan, pero debemos tener en mente que el trabajo es competitivo. Y el nivel de competencia depende mucho de la cultura organizacional y la industria en donde nuestras empresas compiten.

 

  1. Estar en tu zona de confort: Como todo juego (por ejemplo el tenis) los puntos no se hacen en medio del campo, se ganan en los límites. Los ganadores se esfuerzan por anotar puntos en los bordes, no en la zona segura. Es por eso que tomar riesgos calculados pueden que te lleven a ganar puntos pero no te hará ganar el partido. Por lo tanto hacer todo lo que te dicen que tienes que hacer no te hace una persona proactiva, no te hace una ganadora en el lugar de trabajo.

 

  1. Trabajar duro: ¡Muchas de nosotras nos quejamos de que trabajamos el doble que todos, y es cierto! Sin embargo, trabajar duro no ha llevado a nadie a ser promovido y pensar que hacer solo esto nos llevará al éxito, es un error. Un pensamiento estratégico, trabajar en equipo, networking, y la simpatía son factores claves para crear una carrera exitosa.

 

  1. Hacer el trabajo de otros: ¿Alguien de tu equipo no ha hecho su parte del análisis y lo necesitas para la reunión de hoy?¿Es la tercera vez que pides la presentación y no te la mandan? ¿Te cansaste de estar insistiendo a tu colega de reunirse para realizar la propuesta?. Muchas veces tenemos la idea de que no hay otra manera de que sucedan las cosas si no las hacemos nosotras. Y ésta manera de actuar puede aplicarse no solamente para la vida profesional, también nos sucede en nuestra vida personal y hasta puede llegar a intensificarse cuando tenemos hijos. Tenemos la idea de que nadie va a hacerlo si nosotras no lo hacemos, y lo único que hace esto es asegurarnos de que lo estaremos haciendo por mucho tiempo, y peor aún, que asignemos más carga de trabajo a nuestro día.

 

  1. Esperar a que te den lo que quieres: En el post “Que harías si no tuvieras miedo” hablo sobre el caso de una colega muy cercana que después de 3 años de buen rendimiento, cumplimiento de metas había obtenido felicitaciones por parte de nuestro jefe (pero no un aumento de sueldo). Si le hubiéramos preguntado a nuestro jefe la razón por la cual no le había dado un aumento salarial, su respuesta hubiera sido simple: ¡Nunca había pedido uno!. Esto es porque en la mayoría de veces nosotras esperamos que nuestro trabajo sea reconocido, esperamos que nos tomen en cuenta en las nuevas oportunidades, esperamos que nos reconozcan el salario que merecemos ( ¡Esperamos que el príncipe azul llegue a salvarnos!). Es cierto, si no preguntamos por las cosas que queremos (y merecemos) no nos arriesgaremos a que nos digan que no, pero tampoco obtendremos lo que queremos.

 

  1. Morderte la lengua: ¿Cuántas veces no has querido comentar algo en una reunión y unos segundos después un colega hombre es felicitado por decir exactamente lo que estabas pensando?. El miedo a sonar imprudente o agresiva o peor aún a decir algo tonto o sin sentido nos limita a decir comentarios relevantes e importantes en nuestros lugares de trabajo y a manejar situaciones en donde es necesario decir lo que piensas. Por ejemplo, si tienes a algún colega que le encanta apuntar el dedo a los culpables, y esta vez te tocó a ti. ¿Te muerdes la lengua o enfrentas esta situación?

Y recuerda: lo opuesto de una niña buena no es ser una mujer mandona. Lo opuesto de esa niña buena es una mujer exitosa.

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4 thoughts on “¿Niña buena o mujer exitosa?: 6 errores que pueden estar frenando tu carrera profesional (Parte 1)

  • 1 abril, 2016 at 6:47 am
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    Excelente artículo! Gracias por compartir

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    • 8 abril, 2016 at 9:53 am
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      ¡Muchas gracias por tus felicitaciones! 😀 Espero que sigas atenta a los nuevos post.

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  • 4 abril, 2016 at 10:04 am
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    Muy bueno. Ojalá muchas mujeres lo lean. El punto 6 es unisex….

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    • 8 abril, 2016 at 9:52 am
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      Me alegro que le haya gustado Carlos, y sobre todo saber que los puntos pueden aplicar a también a los hombres. ¡Saludos!

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