Cuando se le pregunta a Sara sobre la razón de su éxito ella menciona que es su habilidad de enfrentar el fracaso: “Mi papá me incentivó a fracasar, cuando nos sentábamos con mi hermano a cenar nos preguntaba en que habíamos fracasado esa semana. Si saberlo, me estaba dando un enorme regalo de vida, al permitirme reformular el significado de fracaso. Porque para mi, el fracaso es no tratar.”

Al no ser aceptada en la carrera de leyes, Sara Blakely vendió faxes de puerta en puerta. Mientras estaba en la bodega de su trabajo, se le ocurrió hacer unas medias y ropa interior que moldeasen la figura y que fueran cómodas. Pasaron dos años y gastó $5,000 en la investigación y el desarrollo de su idea, que nombró Spandex. En vez de gastar otros $5,000 en gastos legales, ella escribió su propia patente para su producto después de comprar un libro sobre este tema.

Durante sus vacaciones, Sara visitó a fabricantes que pudieran hacer este diseño, pero todos dijeron que era imposible. Solo uno de ellos, animado por sus dos hijas, que creían que el invento era muy bueno, se ofreció a hacer realidad la idea.

Al no tener recursos para invertir en mercadeo, Sara se le ocurrió hacerle llegar a la estilista de Oprah Winfrey, Andre Walker, un paquete con las fajas. En Noviembre del 2000, Oprah nombró Spandex su producto favorito, disparando las ventas y convirtiendo a Sarah en una de las billonarias más jóvenes y poderosas del mundo, según la revista Forbes.

En el 2006 Sara lanzó su fundación “Sara Blakely” para ayudar a mujeres emprendedoras a través de educación y entrenamiento. 

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