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Mujeres profesionales: ¿Por qué no hay suficientes modelos a seguir?

María, no hay mujeres profesionales exitosas en el trabajo y a nivel personal.”

 Este era el comentario que escuchaba todas las veces, cada vez que preguntaba a las mujeres profesionales sobre los modelos a seguir que conocían. Debo de confesar que yo también me encontraba desilusionada, porque no encontraba ninguna mujer profesional que encajara con mi idea de éxito. Las únicas mujeres que conocía que eran exitosas estaban en las revistas.

Aún así sabia que todas queríamos conocer una mujer inspiradora y exitosa, y más importante, ¡Queríamos estar rodeada de estas mujeres! Aprender de ellas, y saber como habían logrado ese balance que no sentíamos que lográbamos tener.

Al inicio de mi carrera encontré a varias mujeres profesionales a quienes consideraba exitosas, sin embargo siempre tenían algo que no me gustaba. Si era atractiva, no era tan exitosa como yo quería serlo. Si era “la niña buena”, era demasiado agradable para ser líder. Y si eran muy exitosas, eran personas conflictivas, difíciles de manejar.

Y fue cuando tuve a mi primer hijo que mi necesidad de encontrar modelos a seguir positivos aumentó. En ese momento, más que nunca, necesitaba encontrar a una mujer que me demostrara que era posible el balance entre familia y trabajo. Necesitaba saber que se podía tener hijos, tener un hogar, ser reconocida, tener una pareja contenta y hacerlo en tacones y sin despeinarse.

Y aquí estaba, unos años después, con dos hijos y muchas dudas. Y tantas dudas sin respuestas me llevaron a sentarme -literalmente- a hacer una lista sobre lo que estaba buscando. Después de sacar esta lista, la comparé con las características que todas las mujeres me daban y me di cuenta que teníamos en común dos cosas:

  1. El modelo a seguir que buscábamos, no es una mujer, sino 4 mujeres distintas:Y eso dependiendo del lugar y la hora del día (Y todavía nos preguntamos porqué no encontramos modelos a seguir que llenen nuestros requisitos).

  1. Castigábamos fuertemente a las mujeres que eran exitosas.No solo por no llenar todos los requisitos, si no por desafiar comportamientos que consideramos masculinos. Y la ciencia muestran que no somos las únicas: un estudio realizado en el 2007 muestra que el éxito y la popularidad está positivamente correlacionada al hombre y negativamente correlacionada con la mujer.

Esto es debido a que evaluamos a las personas basados en estereotipos, y nuestro estereotipo de hombre nos dice que ellos son proveedores, decisivos y enfocados en resultados. Nuestro estereotipo de mujer nos dice que somos sensibles, cuidadoras, comunales. Debido a que caracterizamos a hombres y mujeres en cuadrantes opuestos, las características de éxito las relacionamos más con el hombre, y las pocas mujeres que logran el éxito siendo competentes, agresivas y enfocándose en resultados están actuando “como hombres” y están desafiando el estereotipo de mujer.

En este momento me di cuenta que lo que realmente necesitaba saber era que la perfección existía.

También me di cuenta que esta perfección era estresante y me hacía sentir frustrada porque que nunca era suficientemente buena,  me llevaba a ser muy crítica de los demás y sobre todo de mi misma. Me provocaba una parálisis a la hora de tomar decisiones y me hacía analizar cada posible escenario antes de tomar una decisión.

Pero lo que más me impacto fue darme cuenta que estaba invalidando a miles de mujeres que, por no cumplir con mi idea de perfección, no eran “dignas” de mi admiración. Tenía que admirarla para poder aprender de ella, tenía que ser perfecta para poder admirarla. Ahora pienso en todo el aprendizaje que perdí por este paradigma.

Renunciar a la perfección fue algo liberador para mi. ¿Y saben qué? Mi abdomen de acero puede esperar (mi cuerpo todavía esta comprometido a darle de comer a mi segundo hijo), los platos sucios pueden quedarse sucios, mi maquillaje perfecto puede esperar. Mi perfección puede esperar y nunca aparecerse en mi vida. ¡Yo estoy en paz con esto!

Ahora te pregunto, ¿Eres o conoces a mujeres extraordinarias que rompen paradigmas constantemente? ¿Como has aprendido de ellas? ¡Comparte tu historia!

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